Esta operación consiste en una acción de baldeos mediante el lanzamiento de agua a presión con mangueras o con vehículos mecanizados. Se realiza en zonas necesitadas de la limpieza con agua, fundamentalmente en aceras, zonas peatonales públicas y calzadas.
Con el baldeo se alcanza un elevado nivel de limpieza, ya que al lanzar agua a presión sobre el pavimento se arrastran todos los residuos, polvo y pequeñas partículas. En verano el riego de calzadas con agua sin presión se realiza ante la necesidad de mantener el grado de humedad y disminuir la polución atmosférica, sobre todo en calles con mucha circulación.