Cada habitante de Irun y Hondarribia genera cada año alrededor de 700 kg de residuos urbanos, es decir, residuos generados en los domicilios particulares, así como todos aquellos que no tengan la calificación de peligrosos y que por su naturaleza y composición puedan asimilarse a los producidos en los hogares cuya procedencia son: comercios, oficinas y empresas. De los 700 kg, el 65% se genera en los domicilios.
Es una cifra propia de sociedades desarrolladas como la nuestra, y que se ve afectada por períodos de crisis o bonanza económica, actividad económica de la comarca y hábitos de consumo de la ciudadanía. En este último factor es donde Servicios de Txingudi actúa con sus programas de prevención de residuos, como el compostaje doméstico, la reducción en el consumo de bolsas de plástico de un solo uso, los mercados de segunda mano...
Estos programas de sensibilización van acompañados de otros relacionados con el reciclaje, destinados a que la fracción reciclable de los residuos urbanos generados sea lo más alta posible, como corresponde a una sociedad comprometida con el desarrollo sostenible, que sabe que su futuro de calidad de vida pasa, en parte por que estos parámetros sean cada vez más acordes con su visión humanista y solidaria del medio ambiente.
La clave en este panorama prometedor está en la participación ciudadana. La comarca del Bajo Bidasoa está recuperando la tercera parte de los residuos urbanos que genera, siendo esta una tasa de reciclaje comparable a la de los países europeos más avanzados en esta materia, si bien, hay todavía una parte importante de la población que no toma parte de la recogida selectiva, o no lo hace en plenitud, reduciendo el gran potencial que el sistema de contenerización en la calle tiene en las tasas de recogida selectiva y reciclaje.